CASO 3A: Ni existe acción a distancia en el entrelazamiento cuántico ni existe en la gravedad.
En ninguno de los dos casos hay acción a distancia. En el caso de la gravedad es la deformación del espacio-tiempo la que hace que los objetos se atraigan y que sus trayectorias se modifiquen. Por su parte, en el caso del entrelazamiento cuántico, como explica Alberto Aparici, existe correlación, pero no transmisión de información, ya que un observador va a encontrar un fotón en algún punto del espacio exterior, pero no sabe si es él el que ha roto la coherencia o si la ha roto otra persona, a varios años luz de distancia, que también ha encontrado un fotón. Lo que sí sabe es que ahora que él ha encontrado un fotón aquí tiene que haber otro en la dirección opuesta.
CASO 3B: Si los neandertales y los sapiens tuvieron descendencia eso significa que son la misma especie.
El enunciado no es correcto, ya que no especifica que la descendencia sea fértil. En cualquier caso, la definición clásica de especie, según la cual dos individuos pertenecen a la misma especie solo si pueden tener descendencia fértil, tiene varias limitaciones: no hay forma de comprobarlo en fósiles, no se puede aplicar a organismos con reproducción asexual, y hay casos de flujo de genes entre especies diferentes (osos polares, Grizzlies y pardos de Alaska). En la actualidad hay muchas definiciones que tienen en cuenta otros criterios, como morfológicos o ecológicos, utilizados en función de las características de las especies estudiadas. Creo que, precisamente porque la evolución funciona más con pequeños cambios acumulativos que con grandes saltos evolutivos, habría que examinar cada caso teniendo en cuenta diferentes criterios: genéticos, ecológicos, morfológicos, etc. Habrá casos en los que es fácil determinar que son especies diferentes, pero no en otros, y esto último es el caso del neandertal y el sapiens. Una línea de investigación que puede ser útil es la comparación con otras especies de primates, tanto extintas como vivas.
CASO 3C: Los átomos, en realidad, no existen. Su existencia es solo un modelo útil.
El átomo empezó como un modelo para explicar los niveles de organización de la materia, y a medida que las investigaciones avanzaban, ese modelo se fue mejorando y, posteriormente, se ha ido viendo que se ajusta muy bien a todas las observaciones realizadas en los ámbitos de la Física y la Química. También se ha medido su masa, se ha determinado cómo se disponen las partículas que lo forman (protones, neutrones y electrones), y se ha llegado incluso a «verlos”. Este modelo también explica las excepciones a la disposición más común de las partículas que los forman, como es el caso de los metales, y también se ha determinado cómo se combinan (leyes de Proust y de Dalton)… Por todo ello, considero que los átomos sí existen.
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