Para realizar esta tarea he elegido la siguiente estadística del INE: Emisiones totales de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Esta serie de datos abarca desde 2008 hasta un avance de los datos de 2018, e incluye las emisiones de todos los gases de efecto invernadero expresados en miles de toneladas de CO2 equivalente, realizadas por todas las ramas de actividad económica y por los hogares. Dado que trabajar con todos esos datos desglosados excedería el objetivo de esta tarea, lo he reducido a la emisión anual de la suma de todos los sectores.

Cuando he ido a hacer las gráficas a partir de estos datos, me he encontrado con el primer problema. Siempre he hecho las gráficas de series temporales de izquierda a derecha, es decir, el valor más antiguo a la izquierda y el más reciente a la derecha, y verla así me confunde. Así que mi primer impulso ha sido hacer una tabla nueva para que me salga directamente la gráfica como yo quiero. Pero luego he pensado que nuestro querido excel, que periódicamente, cuando ya lo controlamos medianamente bien, saca una versión nueva y nos cambia las cosas de sitio, quizás dé la posibilidad de hacer la gráfica con los datos en orden inverso a los de la tabla… Y efectivamente, lo tiene. Pero a costa de poner los valores del eje Y a la derecha de la gráfica. En fin…
Para representar estos datos me han parecido adecuada la clásica gráfica de barras porque, hablando de gases de efecto invernadero, nos interesa que, de alguna forma, se visualice la cantidad o el volumen de emisiones, y creo que las barras consiguen crear ese efecto:

Igualmente me parece importante que los valores del eje Y aparezcan desde cero por dos razones. Por un lado, así podemos ver cuánto nos queda por hacer en cuestiones medioambientales; pero, quizás más importante sea el hecho de que, de esta forma podemos ver rápidamente que proporción representan las variaciones anuales, los aumentos o descensos, con respecto al total de emisiones. Si el eje Y partiera, por ejemplo, de 200.000 miles de toneladas equivalentes de CO2, las diferencias anuales darían la idea de ser mayores proporcionalmente.
El resto de los elementos que aparecen en la gráfica son los mínimos imprescindibles para interpretarla adecuadamente, y evita distracciones o información superflua. Por ejemplo, se podía añadir a cada barra el valor de emisión anual, pero no nos aporta nada, es un dato que no vamos a memorizar, ya que lo que nos interesa es ver la tendencia y el grado de variación anual. También se podía haber hecho en 3D o con más colores, pero creo que así queda elegante, a la par que sencilla.
Por último, en cuanto al contenido, destacar la caída en las emisiones de 2008 a 2009, por la crisis, supongo; y la muy ligera tendencia descendente, que quizás tenga que ver con el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones.
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