Publicado en Inteligencia Artificial

Tarea 8.1 Críticas al aprendizaje profundo

De las lectura de las críticas al aprendizaje profundo me han venido a la cabeza dos analogías.

Por un lado, me ha recordado algunas de las características más conocidas del síndrome de Asperger:

  • Gran capacidad para memorizar datos, clasificarlos y establecer patrones, aunque sin saber muy bien por qué o para qué.
  • Dificultad para entender las emociones y el lenguaje no verbal, la ironía, el sarcasmo y todo lo que vaya más allá del significado literal de las palabras.
  • Dificultad para adaptarse a entornos inestables, en los que los parámetros que rigen nuestra vida no siguen unos patrones determinados, y, además, suceden hechos no programados, que no siguen unas secuencias repetitivas a lo largo del tiempo.

Por otro lado, dentro del mundo de la ciencia, cada cierto tiempo se produce un avance espectacular en una determinada disciplina que le hace ponerse de moda y aparecer en los medios como una revolución que va a cambiar los paradigmas científico-tecnológicos existentes y a tener un gran impacto en la sociedad.

Eso pasó hace 20 años con el Proyecto Genoma Humano: la secuenciación completa del genoma humano iba a suponer el surgimiento de todo un abanico de aplicaciones que iban a cambiar a corto plazo la forma de entender y hacer medicina, farmacia, nutrición, etc. Sin embargo, a pesar de haber conseguido importantes logros tanto a nivel tecnológico como de conocimiento de las bases genéticas de la vida, nos dimos cuenta de que todo no está en la genética, y que necesitamos nuevas disciplinas complementarias, algunas cercanas como la genómica y la epigenética, y otras un poco más alejadas como la proteómica, la metabolómica, el microbioma, etc. Otro ejemplo es la neurociencia. El desarrollo que se produjo en las técnicas de imagen no invasivas a partir de los años 70 del siglo pasado supuso toda una revolución, ya que pasamos de tener imágenes estáticas del cerebro o del sistema nervioso a poder ver estos órganos in vivo, es decir, en pleno funcionamiento. De ahí surgió una moda que salió fuera del ámbito de la medicina y se extendió, sorprendentemente, a campos muy heterogéneos: justicia, marketing, educación, etc. Pero este desarrollo de la neurociencia, a pesar de los indudables avances conseguidos, también tiene sus limitaciones. En esta entrada del Cuaderno de Cultura Científica de la EHU/UPV La neurociencia como religión se hace una crítica a estas dos modas, y en esta otra La mercadotecnia de lo «Neuro-« correspondiente a la asignatura de este máster Introducción a la neurociencia, hago una breve revisión general de este hecho y luego me centro en una de sus variantes: la neuroeducación. Por lo que he leído en los textos de este tema, creo que puede haber un paralelismo con el aprendizaje profundo.

Se me ocurren varias razones para el surgimiento de estas modas en ámbitos de la ciencia y la tecnología. Por un lado, avances de gran magnitud en poco tiempo, producidos por el desarrollo de nuevas tecnologías, como la informática, permiten entender conceptos o confirmar hipótesis de gran relevancia y que, además, tienen una gran aplicabilidad. Esto provoca una situación, por decirlo de alguna forma, de euforia entre los investigadores, ya que, por un lado, pueden justificar su trabajo, tanto desde el punto de vista del reconocimiento profesional como frente a las entidades que les financian. Por otro lado, desde el punto de vista comercial, la posibilidad de aplicar ese nuevo conocimiento y extenderlo en un mercado «virgen» activa inmediatamente la maquinaria del marketing. Se entra así, en una vorágine de creación de expectativas que, poco a poco, se va alejando cada vez más de la realidad.

Por eso, creo que lo mejor en estos casos es mantener cierto grado de escepticismo. Por un lado, nadie niega el salto en el conocimiento o en la tecnología que este tipo de avances suponen; pero eso no debe hacernos olvidar el conocimiento previo, ni crear expectativas alejadas de la realidad que, cuando se frustren, puedan provocar pérdida de credibilidad. En definitiva, la ciencia se basa más en la acumulación de conocimientos que se van complementando unos a otros, que en el hecho de que, de vez en cuando, un descubrimiento anule una cantidad importante de conocimientos previos.

By Avimanyu786 – Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=78169988