Me ha gustado tanto el final del primer video propuesto que lo he elegido para el título de esta reflexión. Para mí, una cosa es bella no solo porque, a primera vista, lectura o audición, el conjunto y la distribución de colores, la secuencia de palabras o de notas musicales nos resulten agradables, sino porque, además, provocan una serie de emociones que van más allá de las sensaciones iniciales.

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Si lo enfocamos desde un punto de vista evolutivo, podemos decir que se considera que un congénere es bello cuando muestra signos de salud: simetría, cuerpo proporcionado, no presenta heridas ni señales de enfermedad, etc. Si es del mismo sexo, le hace atractivo para formar parte del grupo social al que pertenece cada individuo (en el caso de las especiales sociales), y si es del sexo opuesto, lo hace atractivo para la reproducción. Probablemente de ese sentimiento instintivo, ligado a la supervivencia del grupo y de la especie, surgió el concepto de belleza que, a medida que las sociedades humanas iban ganando en complejidad, ha ido evolucionando hasta la actualidad. Tanto ha evolucionado que ha llegado, incluso, a degenerar y entender como bellos algunos aspectos que son indudablemente enfermizos, como es el caso de la anorexia.
Partiendo de este planteamiento de un origen común a toda la Humanidad, podríamos deducir que el concepto de belleza debería tener un carácter universal. Sin embargo, desde el Paleolítico, la diversidad de culturas que han ido surgiendo es tal que también el concepto de belleza presenta una enorme diversidad y, por tanto, cuando menos, se difumina ese carácter universal. En cualquier caso, estoy seguro de que siempre habrá obras de arte que sean así percibidas por cualquier ser humano.




También desde ese planteamiento podríamos estar de acuerdo con Kant, quien a lo bello no oponía lo feo, sino lo desagradable: algo que es malo, o que representa algo malo, no puede ser bello. Sin embargo, el Guernica, que representa los horrores de la guerra, lo hace de una forma que podemos decir que es bella, porque, con un solo vistazo, nos hace sentir la angustia de un bombardeo, hasta tal punto que nos parece ver las llamaradas y las explosiones de las bombas; nos emociona y nos despierta sensaciones de empatía con las personas que sufrieron experiencias de ese tipo.

Y, para terminar, como ya vimos en la tarea 1 con la música, la percepción del arte es diferente en cada individuo, dependiendo de su sensibilidad innata, de la cultura en la que haya crecido y de la formación que tenga. Cualquiera puede disfrutar de una pintura simplemente observando la composición de colores, la perspectiva, la expresión de los personajes, etc. Pero, sin duda, disfrutará mucho más si, gracias a la formación recibida, conoce el contexto histórico en el que se creó, el estilo al que pertenece, la historia o el paisaje que representa, la dificultad técnica de su ejecución, la composición de los pigmentos utilizados (y la dificultad de conseguir algunos: La tabla periódica en el arte: Cobalto), la motivación del autor, etc. Por eso me ha gustado la descripción que hizo el filósofo de la Ilustración y padre del término “Estética”, Alexander Baumgarten: “el arte y la belleza pertenecen a una zona intermedia entre la sensibilidad y la razón”. Me parece una definición muy acertada.
Sin embargo, es precisamente esa ubicación entre dos ámbitos tan diferentes lo que le da un componente de subjetividad muy alto y, así como hay obras de las que nadie discute su carácter artístico, hay otras muchas, sobre todo modernas, muy discutidas.

Personalmente, a mí me cuesta encontrar arte en el dodecafonismo, casi seguro por falta de formación; o en algunas corrientes del arte moderno que dan lugar a obras como La Fuente de Duchamp, donde yo no percibo más que un urinario colocado en medio de una galería de arte. En mi opinión, una cosa es sacar objetos de su contexto y montar una composición, un collage, que puede llegar a expresar algo diferente de los objetos originales; y algo muy distinto es sacar los elementos de su contexto y, sin más, colocarlos en otro lugar.
De Marcel Duchamp – src Original picture by Stieglitz, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8648377
Creo que eso no supone ningún esfuerzo creativo. Pero, quizás, también en esto me falta formación.
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